¿En dónde quedan los sueños?
Corren los segundos alejándose de mí,
El tiempo pasa y me abandona.
Ocultos los momento que olvidaba, perdí,
Y mi mente no me perdona.
Así que siento al tiempo distante,
Y veo al mundo preso en su juego;
Y como hechos de mil diamante,
Miran sus ojos desde el cielo.
Y yo observo consternada la épica realidad,
Olvidando mi infierno y todas sus tragedias;
El mundo suspendido y en eterna soledad,
Se inunda de millones de divinas comedias.
Viene Dante caminando hacia mí,
Perdido en un limbo de tribulaciones;
Lo miro a los ojos que creo, perdí,
Desbordando de ellos letales visiones.
Parpadeo y el mundo empieza a girar,
Y ahora soy yo a quien el tiempo suspende;
La materia fluye como un avatar,
Saltando de vida a… bueno, depende.
Entonces recuerdo que no he visto a Buda,
Y pienso en todo lo que puedo aprender;
Divaga mi mente, la que siento desnuda,
Y olvido todo lo que hay que perder.
Grita a mi lado a un niño en agonía,
Criatura sin rostro y sin corazón;
Sonrío entendiendo la cruel ironía,
La humanidad perdida y sin razón.
Abro lo ojos y miro hacia el cielo,
Las nubes que bailan con el azul;
Miro la tierra acariciando el suelo,
Y huelo la sangre de un abedul.